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Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo.
Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El florista quedó agradecido y dejó el negocio.
Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un policía para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, elpeluquero respondió:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El policía se puso contento y se fue.
A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de donas esperándolo en la puerta.

Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El profesor con mucha alegría se fue.
A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como ' Cómo mejorar sus negocios' y 'Cómo volverse exitoso'.

Entonces un diputado fue acortarse el pelo y cuando fue a pagar y el peluquero nuevamente dijo:
- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.
El diputado contento se alejó.

Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados haciendo cola para cortarse gratis.

Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe actualmente entre los ciudadanos comunes y los miembros del Honorable Congreso de la Nación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y en toda Latinoamérica!

Berrysand dijo...

en estos temas no existen las fronteras!

Hipólito Bouchard dijo...

Como dijo Berrysand, creo que la única universalidad que puede pretender un político es que sea universalmente detestado por el pueblo.

puras mieles

puras mieles