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2008, yo te despido solemnemente. Con sobriedad y respeto, como se despide a un maestro que te ha hecho padecer para instruirte, con la espalda recta y las rodillas mallugadas como se llega a una meta lejana tras un camino irregular y accidentado. Me despido de ti con una sonrisa temerosa, como quien no esta seguro de haber vencido al oponente que ve caido y sospecha que al menor descuido lanzara un ultimo golpe. Te extiendo mi mano en un ultimo apreton que sin querer se transforma en un sentido abrazo, y me despido, me despido 2008, dandote las gracias por haberme mostrado que cuando se ve todo negro y la vida como uno la conoce se desmorona y todo en lo que confiaste se destruye: aun hay mas adelante... siempre hay mas... solo tengo que levantarme todos los dias, y andar...
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